Receta albóndigas con tomate - comida casera

Las albóndigas con tomate a parte de ser un plato muy nutritivo y riquísimo además es ideal para dejar listo de un día para otro, llevarse a la oficina y hasta congelar para cualquier día de apuro. El fin de semana en casa suele ser el momento de preparar las provisiones para organizar el menú de toda la semana.

Así que vamos a allá que veréis que no es un plato nada difícil teniendo en cuenta lo ricas que salen estas albóndigas con tomate.

Para las albóndigas con tomate necesitaremos:

500 gr. De carne picada mezclada
2 dientes de ajos
perejil
2 cebollas
pan rallado o pan duro
2 huevos
harina
1 vaso de Caldo de carne
200gr. tomate frito
½ vaso de vino tinto

Sazonamos la carne picada y la ponemos en un bol, donde añadiremos, los huevos, los ajos y la cebolla rallada y perejil picado. Seguidamente, incorporamos la miga de pan. Si no tenéis pan podéis echarle 2 cucharadas de pan rallado.

Mezclamos bien todos los ingredientes. Mientras ponemos en una cazuela un poco de aceite y picamos la cebolla bien finita y la doramos hasta que esté bien pochada.

Cuando tengamos la cebolla en su punto verteremos el vaso de vino tinto. Cuando se evapore vertemos el tomate frito, nosotros hemos usado nuestro tomate frito casero, pero puede ser de bote.

Dejamos que refríe un poquito y ya podemos ponernos a formar las albóndigas. Las vamos colocando en un plato y cuando las tengamos todas las enharinamos un poco quitando el exceso de harina. Enharinadas las albóndigas las freímos en una sartén y las reservamos en un plato con papel de cocina para que absorba el exceso de aceite.

Ahora es el momento de ponerlas en la cazuela y echarle 1 vaso de caldo, si acostumbráis a hacer caldo casero lógicamente el sabor de cualquier plato cambia considerablemente. Pero sino podéis usar caldo o 1 pastilla de caldo.

Vertemos el caldo a la cazuela y dejamos que se cocinen las albóndigas a fuego medio hasta que se evapore el caldo y que se espese la salsa, normalmente esto supondrá una media hora más o menos.

Ya tenemos pues las albóndigas con tomate listas para comer!

Consejos:

Tener en cuenta que las pastillas de caldo suelen aportar un punto de sal importante, así que es mejor que ajustemos de sal en el último momento.
Si rallamos la cebolla y el ajo aseguramos que no queden trozos grandes en las albóndigas.