Hoy os contamos una receta bien fácil y muy sabrosa, para los que trabajamos y tenemos que dejar la comida lista para el día siguiente o bien para los que se llevan tupper al trabajo, es una forma muy rápida de hacer y que además al día siguiente con un calentón del plato lo tenemos listo. Además si dejamos reposar un día el plato aún toma un sabor más rico. Se trata del pollo con ajos. Vamos a allá, os contamos cómo prepararlo:
Para 2 personas necesitaremos:
– ¾ de pollo cortado a cuartos
– 2 cabezas de ajos pequeñas – Aceite
– 1 limón
– Vaso de vino blanco
– costillas de cerdo (opcional)
Limpiamos bien el pollo y secamos bien con papel de cocina, los salpimentamos y los ponemos en una cazuela con un poquito de aceite. Podemos enharinarlos un poquito de manera que eso ayudará a que la salsa quede más espesa. Esta vez, le hemos echado junto con el pollo costillas de cerdo cortadas a dados pequeños así que ahora es el momento de echarlas.
Entonces, dejamos que se dore bien y cuando esté doradito echamos el zumo del limón por encima de ellos, seguidamente echamos en la cazuela los ajos cortados en rodajas finas. Si preferís y no os queréis encontrar los ajos cortados en la salsa, podéis partir la cabeza de ajo por la mitad de forma transversal, sin necesidad de pelarlos, así dejará su esencia pero no quedarán las láminas de ajo en la salsa.
Ahora es el momento del vino blanco, yo esta vez como no tenía vino le he puesto un vasito de cava que me había sobrado de otro día y así lo apuraba, pero habitualmente lo hacemos con vino blanco. Tapamos y dejamos que se cueza y se evapore el alcohol a fuego medio y que se acabe de hacer y tenemos el plato listo!!
Podemos acompañarlo con unas patatas fritas o bien con una buena ensalada si no queréis darle demasiadas calorías al plato. Aunque será inevitable echar mano al pan.
En los tiempos de crisis y de dificultades que vivimos, este plato es ideal por su bajo coste. Y que en un momento podemos tener hecho. Además son ingredientes que acostumbramos a tener en nuestra cocina habitualmente así que siempre pueden quitarnos de un apuro. Ya me contareis!!!
Llevo comiendo pechugas de pollo a la naranja muchos años, es una de esas recetas deliciosas y fáciles que aprendió mi madre hace ya bastante y dado el éxito que tuvieron entonces entre nosotros, las incorporó asiduamente en los menús que nos preparaba a mi y a mis hermanos. Hará unos días, fuí a comer a casa de la ama, cual fue la sorpresa, que tenía pechugas de pollo al ogange (como decían en el anuncio de las gulas en el que salía Rosa María Sardá). Sin dudarlo ni un segundo, pensé que la receta iba a caer en el blog y aquí la tenéis aunque un poco diferente, a mi estilo. La receta en si se hace de otra manera, pero yo por variar, le he dado un toque diferente, en vez de enharinar las pechugas fileteadas y freirlas después, he optado por asarlas en entero y hacer la salsa aparte, además de cambiar totalmente el color de esta. Todo esto, acompañado con una variedad de lechugas de bolsa que todos conocemos.
Muy buenas recetas
Muchas gracias! La verdad es que el pollo con ajos está riquísimo…un saludo!!